lunes, 7 de septiembre de 2009

Ecos #6. Septiembre 2009. El Hoyo. Chubut


Sumario:
Editorial
Gestión: De cosecheros a productores
Agronómicas: Evaluación productiva de variedades de frutillas
Agronómicas: "Hay mucho por venir"
Novedades sectoriales: "Integrar es fundamental"
Agregando valor: Sírveme despacio que estoy apurado
Ser orgánicos: La importancia de la fertilidad
Medios: La caja viva
Cultura: El fotógrafo de la naturaleza
En la cocina: Comer, pasarla bien y tenerla clara

Editorial

“En un contexto de acentuada subdivisión de la tierra, con una feroz especulación inmobiliaria, el poblador rural que no tiene recursos muchas veces se ve obligado o tentado a vender su tierra. De esta manera es expulsado hacia las áreas urbanas, engrosando las filas de la población sujeta a la asistencia social por parte del Estado”, escribíamos en el tercer párrafo del diagnostico del proyecto “De cosechero a productor”, elevado al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
La subdivisión de la tierra en la zona generalmente deviene en urbanización y la consiguiente pérdida de superficie apta para el desarrollo agrícola, lo que precariza la economía local y la vuelve mas dependiente de recursos foráneos.
El año pasado, con el tratamiento de la ordenanza del planeamiento territorial de El Hoyo, en las audiencias publicas y fuera de ellas, la población expresó claramente que desea preservar la tierra por su valor social, cultural y productivo, y no subastarla para surfear una racha de miseria.
Defender la tierra, de todos modos, no depende de las barreras legales, sean leyes, ordenanzas o lo que sea: depende de la creación de contextos propicios para que esa tierra sea útil, productiva.
Esos contextos pueden quedar librados a las leyes del mercado, la buena suerte o el destino o pueden ser planificados, con toda la complejidad de su naturaleza, desde los propios sectores y/o del Estado. En el caso de nuestra actividad, hace años proponemos la discusión de un “Plan Integral para el Desarrollo del Complejo Agroindustrial de la Fruta Fina de la Comarca Andina”, asumiendo la teoría del caos, sabiendo que si plantamos y no mejora la infraestructura de frío o se incrementa la demanda, por más que nuestros cultivos sean impecables, se exponen a demasiados riesgos.
La discusión y confección de ese plan debe ser plural y comprometida y se debe abordar sabiendo que atada a la suerte del resultado de ella estará la nuestra.
La Cooperativa, mientras tanto, avanza entre la niebla, hace su aporte a la mística productiva del pueblo de El Hoyo y proyecta y ejecuta. El proyecto “De cosechero a productor”, ya en marcha en su primera etapa, es un plan piloto para incorporar actores y superficie que aporten a la masa crítica necesaria. A este proyecto se suma este año un proyecto de microproductores de frutillas y una experiencia de comercialización de fruta fina fresca que incluye la adaptación de una sala de empaque con destino exclusivo para la fruta fresca refrigerada y una sala de clasificación para la fruta congelada. La incorporación de Paz Gibert en la gerencia trae paz, orden, ejecución y transparencia.
Apostamos enfáticamente a poner en marcha el ciclo productivo desde las labores culturales hasta el destino final, siempre pensando en asociativo.
Valorando la tierra por su capacidad de producción y no por su valor de venta

De cosecheros a productores

CON LA PUESTA EN MARCHA DEL PROYECTO "DE COSECHERO A PRODUCTOR", UNA VERSION MEJORADA DE LO QUE FUE "AHIJADOS PRODUCTIVOS", Y CON EL INMINENTE PROYECTO PARA PRODUCTORES DE FRUTILLAS, LA COOPERATIVA SIGUE SUMANDO ACTORES.
Con la base del proyecto "Ahijados Productivos" de 1997, que le permitió desarrollarse como productor, Oscar Delgado, una vez en la presidencia del consejo de administración de la Cooperativa Paralelo 42°, trabajó hasta lograr que su proyecto "De Cosechero a Productor", una versión más ajustada a los tiempos que corren de aquel antecesor “Ahijados Productivos”, se pusiera en marcha. “De cosechero a productor” es, también, un trabajo aún más articulado entre instituciones y con mayor protagonismo de la Cooperativa, que es quien lo impulsó, gestionó y administra.
La idea de este proyecto es que cada familia de las quince que participan del mismo plante en su predio 2.500 metros cuadrados de frambuesas de la variedad Autumn bliss. Esta variedad tiene una floración y fructificación prolongadas, lo cual permitirá distribuir mejor la demanda de mano de obra que deberá aportar cada familia productora.
Se estima que luego del tercer año, el rendimiento de producción se estabilizará en dos mil kilos para esta superficie. Uno de los objetivos del proyecto es que se ocupe la mano de obra familiar y que no sea necesaria la contratación de personal.
La Cooperativa sigue apostando a ampliar su base incorporando actores que suman con su trabajo un importante aporte a sus ingresos anuales, y también apuesta a aumentar la producción de fruta fina de la Comarca, sin el agregado de agroquímicos, contribuyendo así a la defensa del medioambiente y a un mejor posicionamiento de la región como productora de alimentos sanos y de calidad. Está en el germen de esta idea multiplicar núcleos pequeños de policultivos, en lo posible orgánicos y asociados. A esta camada seguirá otra y a ésta, otra. Siempre y cuando las cosas se hagan bien. Es importante vincular fuertemente a estos pequeños productores con la Cooperativa, haciéndolos partícipes activos de la misma.
Para ello se hizo un convenio tripartito de colaboración entre la Cooperativa Paralelo 42º, la Municipalidad de El Hoyo y el INTA, en el cual la Cooperativa se compromete a adquirir el equipamiento e insumos detallados en los proyectos y transferirlos a los emprendedores. También se compromete a comprar toda la fruta si ésta fuera la decisión de los nuevos productores. La Municipalidad se obliga a afectar recursos humanos, el tractor e implementos para la preparación de suelo necesaria, máquinas viales para trabajos de nivelación, drenaje y pozos de agua y el camión para el traslado de equipamiento pesado. El INTA, por su parte, aporta el acompañamiento técnico: la asistencia técnica se define como un acompañamiento permanente de estas familias para que puedan desarrollar su proyecto. Habrá visitas a cada una de las familias con una periodicidad promedio de quince días entre visitas. La asistencia técnica, capacitación y seguimiento en los aspectos técnicos, productivos y organizativos de los destinatarios estará a cargo de INTA a través de alguno de sus programas. Se prevee que estas acciones abarcarán un período de tres años hasta que se consolide el proceso.
En cuanto a las capacitaciones más formales también estarán a cargo de INTA. Serán periódicas (una vez al mes) y acompañarán a las necesidades de la familia a lo largo del año.

Evaluación productiva de variedades de frutillas

EL INTA PRESENTO EL ENSAYO EN EL QUE EVALUO DIFERENTES VARIEDADES, COMO ALBION, SELVA, FERN, ENTRE OTRAS. AQUI LOS RESULTADOS.
La Comarca Andina del Paralelo 42º se destaca por la producción de berries, y la frutilla junto con la frambuesa es uno de los más importantes. Dentro de un Proyecto Nacional de INTA, buscando alternativas de mejora agronómica para los sistemas productivos de la región, se ensayaron ocho variedades de frutilla de día neutro en una parcela ubicada en Las Golondrinas. Debemos desatacar que dicha parcela se encuentra dentro de una plantación comercial donde se ajustaron las diferentes labores y fertilizaciones. Las variedades ensayadas fueron: Albion, Selva, Diamante, KP, Aromas, Whitney, Fern y Cegnidarem. Cada parcela fue conformada por 20 plantines “frigo”, en camellones de 70 cm (120 cm entre camellones), cubiertos con plástico negro de 30 micrones y regados por goteo. Plantación a doble hilera en tresbolillo, con 30 cm entre plantines.
La plantación se realizó el 14/10/08 y se realizaron 2 desflores el 12/11/08 y el 18/11/08, la cosecha se extendió por 96 días (22/01/09-27/04/09).
Periódicamente, se podaron estolones para mantener las plantas en producción. Sólo se cosecharon frutillas maduras, separándoselas en dos categorías: comerciales (frutos con más de 10 gr y sanas) y no comerciales (frutos con menos de 10 gr y signos de daño).
Los frutos de cada categoría se contaron y pesaron. En el ensayo se destacó Whitney (348,41 g por planta y 280,72 g comerciales) y Cegnidarem (329,51 g por planta y 224,93 g comerciales) pero sin diferenciarse significativamente de Fern.

Variedad

Gr/planta

Gr com/planta

% fruta com

kg tot/ha

Kg com/ha

Cegnidarem

330

225

68

16898

11535

Aromas

233

166

71

11927

8527

Albion

141

126

89

7255

6455

Fern

311

125

40

15959

6435

Whitney

348

281

81

17867

14396

KP

218

164

75

11160

8404

Selva

163

107

66

8366

5487

Diamante

192

162

84

9852

8316


Ing. Agr. Javier Mariño
INTA

"Hay mucho por venir"

NICOLAS DEL SEL ES VIVERISTA. A PEDIDO DE ECOS ESCRIBIO ESTA NOTA ACERCA DEL FUTURO DE LAS FRUTILLAS: QUE ESTA PASANDO EN EL MUNDO, QUE HAY DE NUEVO Y CUALES SON LAS TENDENCIAS.
A proposito de una nota sobre frutillas y a posteriori de ensayos presentados estos días, ¿qué se puede comentar? Mucho dirán: “Los ensayos están mal planteados”, “se olvidaron de regar o fertilizar, o plantaron tarde, o temprano”... No creo que todo eso importe tanto en esta historia
La historia que importa, como siempre, es la tendencia, y eso es difícil de doblar. Veamos: la gran perdedora perece ser nuestra vieja compañera de ruta de los últimos años, la Fern. Es cierto, es así: se quedó en el pasado, a pesar de su gloria. Ahora, las Whitneys y otras, toman la posta. Es cierto, son más productivas y, en situaciones promedio, son “mejores”. No hay mucho más que eso.
¿Qué está pasando en el mundo que le pueda hacer cosquillas a la Comarca Andina del Paralelo 42º? Nada relevante. Desafortunadamente a esta latitud no se produce frutilla a nivel comercial o, por lo menos, dentro de los parámetros comerciales que uno piensa “normales” en esta ampulosa y avasallante sociedad.
¿Qué hay de Polonia, Inglaterra, Holanda, Francia y todas esas latitudes más al norte (del norte) que nuestro sur (del sur), de latitud 42º? Nada relevante y que no conozcamos: sigue la Senga Sengana, con producciones de 5 tn/ha y mucho más pensando en sólidos/brix, fruta que no se oxide en una paila abierta y que deleite, con sus flavors & fragances, al eventual consumidor en fresco.
¿Qué hay qué sobre lo que viene? Sí, en eso hay mucho por venir. Por distintas razones que hoy día ya no tienen que ver tanto con la productividad y esas frutas de cartón pintado (gracias a Dios), las nuevas selecciones tienen mucho más cuidado con los trabajadores del campo (véase: facilidad de cosecha), con los sabores (véase: fruta rica, sabrosa, de buenos brix y, hasta para el que lo quiere, con otra relación de ácidos), con curvas de producción más suaves (nuevamente, a favor del trabajador del campo... ¡bien por eso! )... Pareciera que se está humanizando el cultivo.
Veremos muy pronto las nuevas Portolas (del estilo de Fern, muy interesante en el Paralelo 42º), las San Andreas y Monterrey. Todas ellas rompiendo paradigmas de tradición ancestral para los californianos que, pareciera, están pensando más en los mexicanos que les hacen el trabajo a campo, que en Wall Street y sus yuppies; pensando más en las personas mayores (como yo) que decimos siempre “¿dónde quedaron los sabores y formas de las frutillas?”.
La gente del Paralelo 42º debe seguir haciendo lo que saben hacer y seguir pensando en su propio perfil. Deben reeditarse a sí mismo y, en nuestro way of life frutillero, seguir buscando Whitney’s o las que sean que hagan a su trabajo y suceso. Nadie mejor que ustedes para repetir ensayos y seguir ensayando lo que sea mejor para ustedes.
Del lado viverístico/obtentores, pronto habrá revancha de nuestra amada Fern que, avergonzada, pidió ayuda a su descendencia para que tome la posta. Ya vienen, ya vienen. Como nuestros hijos, la esperanza viene por allí.
Pero la Comarca debe reeditar lo que sabe y no olvidarse que existen, que se pueden (y deben) diferenciar; que hay conceptos de eficiencia que valen la pena explorar, sin apartarse de las calidades y las fruta que mantienen color luego de la cocción.

Nicolás Del Sel es Ingeniero Agrónomo, encargado del vivero Plantas del Sur del Sur y asiduo visitante de la zona.

"Integrar es fundamental"

EN EL NUMERO 5 DE ECOS SALIO PUBLICADA LA PRIMERA PARTE DE LA ENTREVISTA CON NICOLAS FERNANDEZ, DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE DESARROLLO ECONOMICO DE EL HOYO. ACA ESTA LA SEGUNDA PARTE.

Los proyectos puntuales que estamos trabajando en el Municipio son varios. Uno de ellos es el de la feria de productores, y estamos trabajando con varias instituciones, como el INTA y el PSA en esto. La idea es hacer una feria comarcal de productores, porque el concepto de integrar, de romper la barrera del Paralelo 42º es fundamental. Poner un lugar en el municipio de El Hoyo donde se encuentren todos los productores a comercializar sus productos, y el vecino, en lugar de ir a supermercados, tenga un espacio donde comprar productos frescos y de la mejor calidad.
-¿Y relacionados con la fruta fina?
-Otro proyecto muy importante, en relación con la fruta fina, es el tema de una unidad de servicio de frío. Hoy por hoy un productor de la Comarca ¿qué alternativas tiene? Tomando un productor modelo, hipotético, que tiene una hectárea de fruta fina y produce ocho toneladas. ¿Qué alternativas tiene?
El valor de mercado de la frambuesa la temporada pasada, por ejemplo, fue de $8 a nivel industria. El tipo tiene costos de $4: $2 de costo de mantenimiento por kilo prorrateado y $2 de cosecha, y ganancia de $4 después de toda la historia. Gana $32.000 por año. ¿Qué alternativas hay hoy en la Comarca con respecto a esos $32.000? Bueno, por suerte está la Cooperativa Paralelo 42º que dispone de toda una estructura, con cuatro reefers, la cámara de frío y la obra civil, que hace que la fruta suba un escalón más con respecto al valor agregado. El productor puede decidir vender la mitad de su fruta en caliente a dulcerías a $8 por kilo, y la otra mitad la meto en una unidad de servicio de frío –la Cooperativa–. A los costos le sumo $0.5 de guarda y hago block, y espero para vender la fruta, no la vendo cuando todos están ofreciendo. Espero cuatro o cinco meses y vendo. A esa fruta, a la que le agrego $0.8, o $1.2, la puedo vender a $12 o más. El tipo le sumó cuatro pesos de ganancia invirtiendo sólo $1. Hoy la Cooperativa está logrando esto. ¿Qué más se puede hacer? Bueno, por delante de esto está el Individual Quick Frozen, el IQF, que hoy no están las tecnologías disponibles en la Comarca. La Cooperativa no tiene los medios o está saturada para lograr ese producto. Entonces nosotros evaluamos la necesidad de poner una unidad de servicio de frío para poder generar ese paso más que le falta a la Comarca. El productor, en vez de vender a $8 en temporada, puede vender a $12 fuera de temporada, o, si existiera esta unidad de servicio, podría vender el IQF a $16. De esta manera, un tipo que tenía una ganancia de $4 pasa a tener una ganancia de $12. El valor agregado es mucho. Hoy, la Cooperativa da la posibilidad de agregar cuatro pesos a su ganancia. Bueno, qué más falta para agregar más plata. Hay que pensar un proyecto que permita hacer IQF, guardar la fruta como corresponde y salir a ofrecerla al mercado con el top de calidad. ¿Qué se busca con esto? Tener un servicio de frío que pueda hacer todo, que pueda hacer IQF, Crumble, Whole & broken, que pueda hacer block, que tenga un área de procesamiento. Que todos los productores de la Comarca puedan pasar por ese embudo a nivel calidad, se logre con el paso del tiempo un estándar de calidad.
-¿Y este proyecto en qué fase de desarrollo está?
-Estamos trabajando en esto. El proyecto está en la etapa anteproyecto y estamos buscando financiamiento. Una vez que tengamos la plata, o el visto bueno, vamos a empezar a trabajar bien en la parte técnica, vamos a trabajar con el INTA, de ser posible podríamos trabajar con el INVAP en lo que es maquinaria. El Municipio calcula, con obra civil y maquinaria, son contar el terreno, porque es del Municipio, una inversión de un millón de pesos. No es algo astronómico.
-¿Qué otro proyectos hay?
-Otro proyecto interesante que estamos trabajando es con los reefers. Con un reefer desocupado que era del Municipio hicimos una prueba piloto en marzo o abril. Se adaptó un proyecto que se está haciendo en Neuquén. Tomamos a cuatro productores con una necesidad de frío de más de cinco toneladas por persona y les preguntamos si estaban en condiciones de trabajar asociativamente sin una entidad como la Cooperativa de por medio. Nosotros les damos un reefer en comodato, ustedes se bancan la instalación eléctrica, gastos y cualquier problema de mantenimiento, pero van a tener por dos temporadas la posibilidad de guardar cinco toneladas por productor. Había interés, y lo llevamos adelante. Esos productores se pusieron de acuerdo, se eligió una chacra, se instaló ahí, se pagó la instalación. Un requisito que pusimos fue que sólo se podía entrar con fruta previamente congelada. El objetivo del Municipio con esto es tratar de bajar la saturación que entendemos que tienen los reefers de la Cooperativa. Este proyecto tiene que ayudar a la Cooperativa a organizarse, a tener más espacio para trabajar mejor.

Sírveme despacio que no estoy apurado

SLOW FOOD ES UNA ASOCIACION MUNDIAL QUE NACIO HACE VEINTE AÑOS PARA COMBATIR LA VIDA APURADA DE LAS CIUDADES Y PARA IMPEDIR LA DESAPARICION DE TRADICIONES GASTRONOMICAS LOCALES. YA ESTAN EN EL HOYO, PORQUE LO BUENO, SLOW, DOS VECES BUENO.
Nos convencieron de que las cosas hay que hacerlas rápido. Que no hay tiempo que perder, nunca. Que hay que vivir apurado. Y a veces, aún en lugares tranquilos y alejados del verdadero apuro como este, les hacemos caso. Por suerte, todavía hay espacio para hacer las cosas con su debido tiempo. La filosofía slow (del inglés lento, despacio), por ejemplo, llegó a la Comarca para quedarse. Conversamos con Gabriela Smit, del restaurante Pirque, fundadora del Convivium Chubut, que pertenece a la red internacional de Slow Food.
-¿Qué es la filosofía slow?
-La filosofía slow nació por una necesidad de la misma gente, de los productores y de las personas que se alimentan de manera diferente, que viven de manera distinta a la convencional, es más una filosofía de vida que sólo de alimento. Es, también, una fundación internacional que nace en Italia para contrarrestar el fast food, la comida chatarra. Su slogan es: bueno, limpio y justo. Justo para el que lo produce, para el que lo manipule, para el que sirve y justa la medida: tratando de cuidar el medioambiente, sin derrochar, con la idea de que los alimentos se consuman donde se producen, que no viajen, y ponerlos en valor, es decir, rescatar la cultura del alimento. Slow Food es una gran red, con sus nodos y sus lazos, que está en todos los rincones del planeta. A nosotros, cuando nos invita Slow Food Italia al encuentro de Terra Madre, que es el encuentro que se hace cada dos años en Torino, aprovechando que estaba allá, fundé el Convivium Chubut, que es el nodo de Slow Food en la provincia. Existen varios Conviviums en todo el país desde hace varios años. Ahora estamos asociando gente, como Fernando Pía, con el proyecto Ciesa. Acá de la zona también está la familia Scartasini, de la chacra La tranquerita. Pero tranquilo, esto es slow.
La idea también es llevar esto a la escuela primaria de El Hoyo, donde funciona una huerta que está tercerizada. La cocina de la Escuela 81 se nutre de esa huerta y también de otras materias primas del pueblo, como carne. Algo importante del movimiento slow es trabajar con el semillero de la localidad, desde abajo. Que los chicos tengan un conocimiento de los diferentes sabores, aromas, texturas y elementos que producimos acá; que se valoricen la mano de obra de acá.
-¿El slow abarca todos los procesos de la alimentación?
-En realidad Slow Food nuclea a toda la comunidad del alimento, o sea, a toda la población, porque toda la población se alimenta. Slow puede ser un vecino, un productor, un cocinero. En slow, a nivel internacional hay varias ramas muy fuertes. Una es la juventud slow, que nació en Estados Unidos y que es muy fuerte en todo el mundo; después está la red de cocineros, que es una red mundial; después están los músicos de la tierra, porque no solamente es la comida, también hay que acompañar con los sonidos de la tierra, por eso es interesante la reseña que hicieron en el número anterior del disco de Nelson Avalos, porque engancha con lo local y con la mentalidad slow.
-¿Cómo se da cuenta alguien que no conoce nada al respecto que algo pertenece al slow?
-Cuando entrás a un local slow primero lo percibís porque no hay televisión, la música es tranquila, el ambiente es relajado, y el alimento que te sirven se distingue por la buena calidad desde el origen, porque nosotros, por ejemplo, hacemos un seguimiento desde el inicio de la producción hasta que lo ponemos en la mesa. Un control de materia prima, un control de la producción. Donde la geografía lo permite los cocineros slow tienen su propia huerta, o tienen una red de pequeños productores porque el pequeño productor es el que más cuida su cultivo, él sabe que tiene que agregarle valor: no es lo mismo comprar una lata de alcauciles que comprarle a Patricio Graziosi, que sabés que el alcaucil creció a dos kilómetros de tu casa, y fue cultivado a conciencia.
-¿Cómo hace alguien para unirse a slow food?
-A todos los que quieran unirse los invitamos a que vengan acá a Pirque que es la sede del Convivium Chubut. Acá se pueden asociar todos los que quieran de la provincia e incluso de Bolsón o Bariloche. Desde restaurantes hasta productores. Hay que estimular al productor, hay que estimular al vecino, que apague la novela del Directv y se ponga a plantar lechuga o lo que sea que le permita su terreno o el clima.

La importancia de la fertilidad

EN LA AGRICULTURA ORGANICA, LA FERTILIDAD ES EL FUNDAMENTO DE PLANTACIONES SANAS, VIGOROSAS Y DE BUENOS RENDIMIENTOS. A DIFERENCIA DE LA AGRICULTURA "CONVENCIONAL", A VECES CUESTA ENCONTRAR UN BUEN ESQUEMA.


La fertilidad es un concepto clave para la producción vegetal. En Agricultura Orgánica este principio es más evidente ante la imposibilidad de utilizar fertilizantes químicos y controlar con herbicidas las malezas, que compiten con el cultivo por los minerales aportados por el suelo. Sin fertilidad la productividad descenderá inexorablemente, comprometiendo la sustentabilidad de cualquier emprendimiento de producción orgánica.
Es habitual que el productor recurra al uso de enmiendas, pero con un costo elevado y no siempre sustentable en el tiempo, por razones operativas, de disponibilidad, y demás, pues obliga a la preparación e incorporación de grandes volúmenes de estiércoles, compost, lombricompuestos, u otras enmiendas de bajo valor en unidades minerales aportadas. Por todo esto, Bio-Organutsa le brinda al productor orgánico una herramienta fundamental para aumentar la productividad, en forma rápida y efectiva.
Bio-Organutsa es el primer fertilizante completo de suelo desarrollado en nuestro país para agricultura orgánica certificada y actualmente es utilizado en miles de hectáreas de los más diversos cultivos (manzanos, frutas finas, perales, viñedos, hortalizas, etc.), con excelentes niveles de rendimiento y calidad de producción. Bio-Organutsa realiza un aporte elevado de minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre) que están rápidamente disponibles para el cultivo, lo que lo transforma ya no en una enmienda sino en un fertilizante completo de suelo.
En producción orgánica es posible encontrar: falta de vigor, bajos rendimientos, permanente disminución de la productividad. Al tener un alto contenido de nitrógeno orgánico, Bio-Organutsa tiene respuesta inmediata en el ciclo productivo. Está compuesto por: guano de chivos, mezclas de guano, harina de sangre, ceniza de cáscara de girasol, fosfato natural, compuestos de Ca y Mg, azufre (si corresponde). Sus fortalezas son: rápida respuesta, nutrición equilibrada, eficiencia y calidad, sustrato orgánico de muy baja relación Carbono/Nitrógeno 3/1, alta disponibilidad del fósforo y los microelementos, formulaciones con azufre, estabilidad en balance de cationes. Aporta Calsio y Magnesio y elevados aportes de Nitrógeno rápidamente disponible.
Pídalo en su Cooperativa.

la caja viva

TODAS LAS TARDES POR EL CANAL 7 SE EMITE 678, EL PROGRAMA QUE INVITA A LA REFLEXION Y AL DEBATE, APELANDO A DOS RECURSOS QUE PARECIAN NO EXISTIR MAS EN LA TELEVISION: EL PENSAMIENTO CRITICO Y LA LUCIDEZ. Son seis y están en el Siete a las ocho de la noche: eso significa el nombre, pero ahí se acaban las obviedades. 678 ya tiene más de cien programas emitidos por la televisión pública, y por allí pasaron invitados de primera y se trataron temas ineludibles de la coyuntura política. Los seis del título son María Julia Olivan, Orlando Barone, Carla Czudnowsky, Luciano Galende, Sandra Russo y Cabito Massa Alcantara. Y cada uno de ellos aporta algún ingrediente necesario para esta ensalada mixta televisiva. Olivan, cierta belleza alla antigua y una versatilidad camaleónica al momento de conducir; Barone la intelectualidad y también algo de nostalgia por un tiempo que fue hermoso; Czudnowsky, la espontaneidad y los anteojos de marco grueso; Galende un manejo exquisito de la información y del lenguaje; Sandra Russo, bueno, Sandra Russo: la palabra justa, el pensamiento adecuado, la mirada original; Cabito el humor veloz y a veces bobo, pero divertido igual. Aquí están y estos son los seis fantásticos que le aportan el lado político, el debate, el pensamiento, y el escape obligado del sentido común al desierto implacable que es la televisión de estos días. La propuesta de 678 en sí no es original: allí están TVR, PNP, RSM –¿qué pasa con las siglas?– para mostrarnos que hace rato ya que la televisión es en sí misma una fuente más de contenido televisivo. Pero a diferencia de los otros programas nombrados, 678 –que no es una sigla pero casi– tiene ideología, una palabra vapuleada e incomprendida; una palabra que la posmodernidad guardó en el cajón de las palabras que ya no significan nada, en pos del relativismo absoluto. Y volver a tener ideología y hacerse cargo de ella es plantarse frente al mundo y a los acontecimientos cotidianos. Es hacerse cargo de un modo de ser y de decir. Es enunciar: hasta acá llego yo, esto ya no me parece bien. Y escuchar eso en la televisión no es algo a lo que estemos acostumbrados. Tal vez se le pueda reprochar cierta repetición en los tapes y en los temas abordados, pero es el precio que hay que pagar por un programa que piensa y hace pensar.

El fotógrafo de la naturaleza

BUSCADOR INCANSABLE DE LA BELLEZA Y DE LOS DETALLES, LEO RIDANO SE DEDICA HACE VARIOS AÑOS A FOTOGRAFIAR LAS PLANTAS, LAS FLORES, LOS PAJAROS Y LOS HONGOS DE LA ZONA.
Un día la vida de Leo Ridano hizo clic y cambió para siempre. Aunque en realidad no fue un día: fueron varios. Hace algunos años, Leo Ridano caminó los cientos de kilómetros que llevan a Santiago de Compostela en busca de una respuesta o algo parecido, y vaya que la encontró. Después de esa peregrinación decidió dejar su trabajo en Buenos Aires y también dejar Buenos Aires. Decidió tener un hijo (una hija, Alegría) e irse a vivir al Sur. Decidió también seguir con la fotografía, a la que se dedicaba desde que tenía diez años, pero concentrarse más en ella. Y acá está. Fotografiando a la naturaleza, buscando los detalles que se esconden celosos detrás de un pétalo de una flor, entre las esporas de un hongo, en las plumas de un pájaro. Una tarde de lluvia se encontró con ecos para conversar.
-¿Cómo encontraste el tema de tus fotografías?

-Cuando viajaba siempre le sacaba fotos a la gente, hacía retratos. Pero cuando vine a vivir acá me pareció que toda la gente, de alguna manera, se conoce entre sí, y ya no me pareció tan interesante. Por un lado es eso, que no quería sacar más foto de gente, y por otro porque empecé a sacar fotos con una cámara muy chiquitita me dedicaba a sacar fotos de cosas chicas, como hongos, plantas, para hacer una guía. Además, lo fuerte de esta zona es la naturaleza. Y está bueno sacarle fotos a lo que hay. También hay una realidad que es que no sabemos nada, desconocemos mucho. Esto lo noto cuando ofrezco las fotos: la gente no conoce las plantas que tenemos, los pájaros, los hongos. Yo no los conocía tampoco, claro.

-¿Cómo es tu búsqueda?
-Siempre hice retrato, y ahí, en el retrato, uno busca la expresión de la cara. Lo mismo, esa búsqueda del detalle, de la expresión, lo pasé a la naturaleza. Estas plantas siempre tienen un detalle: un pistilo, los tallos, los pétalos. Aunque muchas veces descubro las cosas después, cuando miro las fotos: un gusano en una guinda, un reflejo en una fruta. Hay algo mágico en el descubrir los detalles. El pañil, por ejemplo, vos ves un globito, pero adentro es un mundo. De golpe no es que descubrís algo, sino que ves una cosa nueva. El cardo, tan áspero, pinchudo, y su flor tan suave y delicada. Y mirar es como juntar nueces, cuando comenzás no ves ni una, pero a medida que avanzás empezás a verlas hasta en la sopa. Lo mismo pasa cuando salís a caminar buscando fotos. Los días que saco fotos, me canso, me siento, y me doy cuenta de que en un metro cuadrado puedo estar más de media hora, mirando todo a mi alrededor. En todos lados hay cosas, el tema es que no las vemos. Y en todos lados hay detalles. Estamos muy acostumbrados a la macro escala. Cuando llegás a vivir a una zona como esta, por ejemplo, primero te impresionan las montañas, después los lagos, después el bosque, después las partes de los bosques: cada vez más micro, cada vez más cerca.

-¿Cómo empezaste a sacar fotos de frutas finas?
-Empecé cuando hice un diseño para una dulcería de la zona. Para ese trabajo usamos ilustraciones pero siempre lamenté no tener fotos sobre el tema. Entonces, cuando terminé, empecé a meterme con las fotos de las frutas y sus flores. Son flores impresionantes: la del arándano, la de las moras. Y las frutas son una locura. Digámoslo así: si las flores son arte, pintura, las frutas son diseño puro. Sus formas son increíbles, geométricas.
-¿Cuál es tu objetivo: la búsqueda de la belleza o el conocimiento?
-La idea es darnos cuenta de que lo lindo, la belleza, no la hacemos nosotros. Está en la naturaleza, es de dios o de quien vos creas. Lo que tenemos que aprender nosotros es a saber verla, a encontrarla, a disfrutarla. Y mi objetivo es ayudar a eso. Vos podés ir caminando, ver una flor y cortarla, pero creo que si la conocés bien a esa flor, si ya la viste en detalle y conocés sus secretos, no sé si la cortás: al menos dudás antes de hacerlo. Conociéndolas aprendés a respetarlas, a cuidarlas más. Y nunca sobra saber de algo.



Leo el autor de la foto de tapa de este número. Y se lo puede encontrar en la Feria Regional de El Bolsón.

Más en www.reflejosdelbosque.com.ar

Comer, pasarla bien y tenerla clara

TRAS DIEZ AÑOS COCINANDO TRAS LA PANTALLA, PERO MUCHOS MÁS EN COCINAS ALREDEDOR DEL MUNDO, NARDA LEPES PRESENTA SU PRIMER LIBRO, COMER Y PASARLA BIEN. MATERIAL INDISPENSABLE EN TODA COCINA QUE SE PRECIE DE TAL.
Hace unos diez años, cuando Narda Lepes comenzó a trabajar en el canal gastronómico elgourmet.com, no se le debe haber pasado por la cabeza que tiempo después se iba a volver pasión de –pequeñas– multitudes y una referencia ineludible al momento de hablar de comida, de viajes, de sabores, de aromas y de libros interesantes. Porque cocineros mediáticos hubo siempre, desde Doña Petrona, que ya estaba en la tele en el año 1952, al Gato Dumas; de Francis Mallman y su cocina épica al ascetismo de la monja chef, y podríamos seguir enumerando por un buen rato.
Pero tal vez sólo Narda conjugue ella sola el carisma y la frescura, la buena información y la curiosidad, y cierta relectura de las tradiciones con un olfato excelente en lo que respecta al momento justo de hacer todo lo que sabe hacer: los que algunos angloparlantes llaman timing.
Narda entró al mundo de la comida en 1992. De ahí en adelante, trabajó con los chefs más importantes en los restaurantes más renombrados del orbe; viajó, incansable, por el mundo, en busca del sabor perdido; cocinó para visitantes ilustres: músicos como Beck, Neil Young y Robbie Williams fueron algunos de los que probaron sus platos, tan rústicos como sabrosos, tan simples como suculentos.
Su primer libro parte de dos premisas bien simples ya desde el título. Dos premisas casi obvias, pero que deberían funcionar de guía para toda la humanidad: Comer y pasarla bien. Está dividido en varias secciones y trata sobre temas tan diversos como cómo comprar en el mercado, cómo aprovechar las frutas y verduras de estación, cuáles son los básicos de cada casa, comida para chicos no mañosos y platos de todo el mundo, hasta concluir con la música que escuchó mientras cocinó, o mientras escribió el libro.
Comer y pasarla bien es un libro obligatorio en toda cocina que intente salir de los lugares comunes de la gastronomía, de toda cocina que se anime a probar recetas exóticas o recetas tradicionales pero con una vuelta de tuerca; de toda persona que quiera abrirle las puertas de la percepción –gustativa– a sus hijos y seres queridos; en definitiva, es un libro obligatorio para todos los que nos gusta sentarnos a la mesa, abrir un vino, y comer y pasarla bien.