LA FRAMBUESA SE PREPARA PARA UN REGRESO CON GLORIA A LOS CAMPOS DE LA COMARCA ANDINA. ¿LO LOGRARA? NO SE PIERDA EL PROXIMO PROGRAMA.
Como un actor o un deportista que supo conocer tiempos mejores, la frambuesa vuelve a aparecer otra vez en escena para retomar el cetro que mejor la define: la vedette de las frutas finas de la Comarca Andina.
Pero estos retornos nunca son gratuitos ni vienen sin esfuerzo. John Travolta, por caso, tuvo que entrenar duro y bajar de peso para transformarse en Vincent Vega y volver a ser ídolo de la mano de Quentin Tarantino después de su pasado de estrella en los lejanos ochenta.
Lo mismo le pasa a la frambuesa: tras aquellos años de oro que se vivieron a principios de la década de los 80 sobrevinieron la hiperinflación, el Efecto Tequila, el Hanta Virus, las inundaciones, la Convertibilidad, la falta de mercado interno, un mercado externo saturado por las grandes cosechas en Europa del Este y sus conflictos políticos, la crisis de producción del país en general y de la Comarca en particular. Ahora, con viento parejo que sopla en popa, la frambuesa vuelve a sonreír y a marcar terreno; vuelve a decir presente, luego de un pasado oscilante y un futuro siempre incierto.
Según el informe Melzner 2003 hay 75 hectáreas cultivadas con frambuesas en la Comarca, de las cuales el 44% están en El Hoyo. Según el informe del Departamento de Desarrollo Económico de El Hoyo a esas hectáreas se sumaron, el invierno pasado 6 ha más y, de acuerdo a la suma de las expectativas, se calcula que el año que viene se plantarán por lo menos 40 hectáreas más, y este número se fortalece luego de la presentación del subsidio provincial que promete la implantación de 27,5ha.
Cuando el cultivo crece fuertemente una de las consecuencias esperables puede ser su consecuente repercusión en precios a la baja. El caso de la frambuesa puede eludir de alguna forma este vaticinio pero para hacerlo deberá tomar recaudos.
Los precios
La misma polidrupa color rubí que en esta época cuelga de las plantas puede tener múltiples destinos y cada uno de ellos la valora de manera diferente y le pone puntaje a esos valores en precio, en pesos.
Histórica y lógicamente, la frambuesa que va al mercado fresco refrigerado es la más cara, aunque esta gran categoría (subexplotada) tiene dos destinos, el local y el extraregional. La fruta fresca vale más, y vale más aún cuanto más lejos de los centros productivos está, y esto es lo normal, por leyes económicas como la oferta y la demanda y también por costos operativos y de logística.
Sigue en el ranking el I.Q.F., que hoy paga precios de hasta $20 el kilo. Hay que aclarar que en la Comarca no hay ningún túnel que haga este proceso, si bien muchos le corajeamos a un congelado individual que el mercado tolera cuando la demanda es alta y rechaza cuando no lo es.
La industria, en tanto, compra fruta en frascos y ésta cotiza bien porque lleva especial dedicación en el proceso de clasificación y manipulación.
Luego siguen los hermanos menores en el proceso de congelado: el Whole y Broken (entera y partida) y el bloc con destino a industria son el anteúltimo escalón de la cadena.
En la base de lo realizable está la venta directa en baldes a la industria que de acuerdo al planteo de la explotación puede ser tan rentable como cualquiera de los otros.
Datos
*El año pasado el fresco pagó a los productores $12 el kilo, mientras que la misma fruta, con menos costos y apuro, en Bariloche se vendió entre $15 y $20.-
*Un mercado que en la región es casi inexistente, el mercado del disecado, llegó a pagar $20 el kilo.
*La industria del jugo, que en el resto del mundo es la industria compradora número uno, acá no participó de ninguna manera.
*Más allá del dulce y el frasco de frambuesas al natural, en la región se han desarrollado, a escala comercial, muy pocas innovaciones.
Conclusiones
La relación entre todos los números y los datos anteriores ofrece la posibilidad de armar un rompecabezas con múltiples resultados. Que el resultado sea positivo, sustentable y satisfactorio dependerá, entre otros factores, de la capacidad de los productores de entender los desafios y asociarse para resolver lo que de forma individual les queda grande; de un Estado atento y a la altura de las circunstancias -tanto a nivel municipal, como provincial y nacional-, de la necesaria interacción de productores, trabajadores, Estado e instituciones del saber para enfrentar eso que está más allá de todos nosotros, y que se rige bajo reglas misteriosas y oscuras que algunos llaman mercado.
miércoles, 27 de enero de 2010
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